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Una ONG que trabaja para terminar con la tracción a sangre

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Por Jacobo Carrascal y María Parajo Paul. La tracción a sangre es un tema que parece pasar desapercibido dentro del día a día de muchas personas en la Argentina. Pero el maltrato y abuso que se ejerce sobre los animales, en este caso equinos, suele ser reiterativo. Y aunque existen leyes y órdenes municipales que deberían revertir la problemática, eso no sucede.


Sin embargo, son muchas también las personas que se hacen responsables de rescatar y recuperar físicamente a los caballos víctimas del maltrato. En Buenos Aires hay varias ONGs tratando el tema, pero hay una en particular que se encuentra totalmente comprometida con la causa y que es la Asociación Protectora de Rescate Equino (APRE).

APRE nació a comienzos del 2012 con apenas un puñado de personas dispuestas a conformar un grupo de trabajo dedicado al cuidado y rescate de equinos víctimas del maltrato y tienen como objetivo la mejora física y emocional de los mismos. Veterinarios, abogados, colaboradores, voluntarios forman parte de esta organización que hoy cuenta con dos centros para el cuidado de los animales, “El Fortín”, ubicado en Periodista Augusto Prieto 1000, Lanús Este.

Este suele ser el primer lugar al que se traslada a los animales y es donde se le realizan todos los estudios veterinarios y se les tratan los problemas de salud. Luego en la “Estancia Guernica”, Avenida 41 Nº2000, Guernica, una vez recuperados este es el lugar en donde los animales son trasladados para que puedan estar en su hábitat natural. La asociación tiene la tenencia de cada caballo por dos años. Luego se entrega en adopción responsable y bajo seguimiento.

La organización también realiza campañas para el cuidado de los equinos. Pero lo más importante es tratar de concientizar a la gente de la problemática para que estos mismos se atrevan a denunciar. Ya que sin denuncias previas APRE no puede intervenir en el rescate animal. Una rutina de la asociación es recorrer, junto a una patrullero y un veterinario, diferentes zonas de la provincia donde es habitual encontrar a los “carreros”. Una vez ahí se procede a analizar la situación física del animal y de ser necesario intervenir legalmente para hacerse con el animal.

Otra de las actividades recurrentes de la asociación es abrir las puertas al público los fines de semana. Se invita a que la gente asista los sábado o domingos en la tarde a “El Fortín”, donde las personas pueden interactuar, cepillar, darle de comer a los animales y que conozcan la problemática que se está tratando. De esta forma se busca educar, sobre todo a los más chicos, para tratar de disminuir en un futuro la tracción a sangre.

La creadora de APRE fue Andrea Zubillaga quien contó en primera persona acerca de este hermoso proyecto, de su amor por los animales y de la realidad que viven en la actualidad los caballos de esta ciudad.

La idea se le ocurrió en primer lugar por el amor que siente hacia los animales.“Me caen mejor los animales que las personas. El animal no te va a defraudar nunca y puedo asegurarte que la gente me decepciona la mayoría de las veces. En cambio los animales son diferentes. Les das amor y te devuelven el doble.”, sostuvo Andrea con una sonrisa dibujada en su cara. También, la incentivó ver a estos animales maltratados y no poder hacer nada para ayudarlos.

De a poco fue creando un grupo y hoy en día la ONG está compuesta por una comisión directiva de tres personas, quienes trabajan los 365 días del año, más un grupo de voluntarios que ayudan en las diferentes tareas que se necesitan.

APRE es una organización sin fines de lucro, por lo tanto tampoco tiene ningún apoyo del estado. Se sustenta básicamente con la ayuda de la gente, comprando cosas que venden los voluntarios en las ferias, con rifas, meriendas a beneficio y otras ideas que se les ocurren a los voluntarios para poder recaudar algo de dinero. “Cuando no alcanza se pone de nuestros bolsillos.”, sostuvo Andrea con un tono de resignación que demuestra el esfuerzo que realiza tanto ella como todos los involucrados en este proyecto para ayudar a los caballos.

En cuanto a la tracción a sangre, la creadora de APRE, espera obviamente que algún día deje de existir, pero también es consciente de que va a costar mucho llegar a eso. “Por ahora hay que enfocarse en ayudar a los caballos y sacarlos del maltrato. Poner nuestro granito de arena para que esta situación termine de una vez por todas”.