Por María Parajó Paul. ¡Hace feliz a un gato! es el nombre de la organización no gubernamental que se ocupa de cuidar y encontrarles un hogar definitivo a los gatos abandonados en el conocido Jardín Botánico Carlos Thays, ubicado en la Avenida Santa Fe al 3900, en el barrio de Palermo.
Lamentablemente, el abandono de animales en general y particularmente de gatos en la Ciudad de Buenos Aires es algo que ocurre de manera muy frecuente. Principalmente, durante el verano, que es la época en donde más se abandona, ya que las personas se quieren ir de vacaciones y al no saber qué hacer con sus mascotas, deciden realizar este acto de cobardia absoluta.
A raíz de esta problemática surge este grupo de voluntarios, específicamente en el año 2006, el cuál se encarga de ayudar a estos gatitos para que no mueran en la calle o vivan toda su vida expuestos a los múltiples riesgos que pueden afectarlos al estar viviendo a la interperie.
Esta agrupación de aproximadamente 40 voluntarios se divide en grupos de cuatro o cinco personas que ofrecen su tiempo y dinero de lunes a lunes. Cada grupo se ocupa de un día diferente, y de esta manera contemplan toda la semana para que a los gatos nunca les falte comida.
Cada día, el grupo de voluntarios correspondiente se reúne en el Botanico donde comienzan su recorrido habitual, en el cuál van colocando alimento balanceado y agua en los lugares donde saben que se encuentran los felinos. Algunos se dejan ver y otros no tanto, ya que suelen aparecen de noche cuando no hay tanto movimiento. Pero las recorridas no son la única responsabilidad que tienen estas personas, ya que esto solo sucede cuando el día se encuentra tranquilo y no ocurre algo “inusual”.
Muchas veces aparecen gatos nuevos, bebes, o gatos lastimados. Allí, lo que hacen es capturarlos y llevarlos a la veterinaria en donde los chequean y dependiendo de su estado de salud deciden que hacer.
Algo muy importante y en lo que hacen hincapié los voluntarios es en el tema de las castraciones. Gracias a ellas la colonia de gatos en el lugar disminuyó notablemente: antes era de más de 500 gatos, y hoy son 30.
Dentro del Botanico, los voluntarios tienen una “garita”, un lugar que les otorgó la encargada del establecimiento, que se encuentra al tanto del proyecto y los avala para que se realice el trabajo. Este lugar les sirve para dejar todos los insumos necesarios en las recorridas y también es alli donde dejan a los gatos que capturan por algún problema o porque fueron recién abandonados, hasta encontrar un hogar de tránsito.
Aquí es donde comienza otra de sus tareas, buscarles un hogar de tránsito en donde puedan estar los gatos hasta conseguir un adoptante definitivo y para que no estén mucho tiempo en “garita”, ya que es un lugar muy pequeño y durante su estadía se encuentran dentro de una jaula.
Por esto mismo, las personas que ofrecen sus hogares cómo tránsito también forman parte de este grupo. Su función no es ir a las recorridas, sino ofrecerles un hogar y mucho amor a estos gatos hasta que encuentren adoptantes. “Estoy feliz de ser voluntaria, de ayudar a estos gatitos y por haber conocido a este hermoso grupo de personas”, sostuvo Constanza, voluntaria desde Enero de este año.
Finalmente, existe otro grupo de la misma ONG que se encarga de buscar adoptantes, controlar su idoneidad y luego seguir el caso. Las mismas se impulsan desde las redes sociales o vía e-Mail (adopciones.botanico@gmail.com).
Gracias a este esfuerzo del grupo y de las ganas de la gente de sumar un integrante más a su familia se logran alrededor de unas 150 adopciones por año.
“Son un excelente grupo, se encargan de la atención veterinaria de los gatos hasta que encuentran un hogar definitivo y se aseguran que puedan tener una vida feliz”, afirmó María Kusz, una visitante asidua del Jardín Botánico.
Este grupo no recibe ayuda del Estado, por lo tanto todo lo que logran es por la ayuda de los voluntarios y por las donaciones de la gente.
Los veterinarios suelen ayudarlos otorgandoles descuentos y el alimento balanceado también es donado por Whiskas. De todas maneras varias veces al año organizan ferias en donde venden diferentes productos para gatos y de allí también obtienen dinero.
¡Hace feliz a un gato! tiene su página de Facebook, bajo el mismo nombre, en donde colocan fotos de los gatitos para que sean adoptados y además sirve como contacto para las personas que quieran adoptar, ser voluntarios o recibir algún tipo de información. La página cuenta actualmente con más de cincuenta mil suscripciones.
Muchas personas agradecen y valoran el trabajo de esta agrupación, pero también algunas personas lo critican. Antes estas críticas, Eugenia, una de las voluntarias más activas del grupo, concluyó: “No están bien viviendo en el Botanico, no tienen donde refugiarse y quedan a merced de cualquier peligro. Necesitan de un dueño que les de cariño”.
Muchas veces con éxito y otras tantas no, este grupo de voluntarios busca cambiar el destino de estos gatitos ignorados por gran parte de la sociedad.