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RESIDENCIAS MÉDICAS EN ARGENTINA: ¿UNA PRISIÓN PARA LOS FUTUROS PROFESIONALES?

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Por Ignacio Hernández, Paulina Ríos y Tomás Walter. Una residencia consta en estar en el hospital cumpliendo una o dos guardias semanales (dependiendo el caso), y cada guardia implica estar activo/a en el hospital 36 horas seguidas atento a que ingrese algún paciente. A esto hay que sumarle la jornada laboral normal que lleva un aproximado de 10 horas diarias. 


En Argentina, pareciera que las residencias son como una prisión para los futuros médicos de nuestro país: están encerrados en un hospital durante largas horas, están encerrados en un bajo sueldo, lo que, con suerte, les permite subsistir y están encerrados laboralmente, debido a que, por la gran cantidad de tiempo que les lleva este trabajo no pueden obtener otro para sumar otro ingreso fijo a sus billeteras.


Un día en la vida de un residente


Según María, una médica residente de un hospital privado de Buenos Aires (quien prefirió no hacer público su apellido ni hospital en el que está por miedo a perder su trabajo) la residencia básicamente consta en entrar a las 4.30 de la mañana y salir 18hs aproximadamente, por el que está casi catorce horas de trabajo. 


Claro está, siempre y cuando ese día no le toque realizar una guardia, porque “sino te quedás en el hospital hasta el otro día”. Y agregó que, en su caso, hay horas posteriores a las guardias, por lo que se tiene que quedar hasta las 12 horas del día siguiente.


María se encarga de cuidar la salud de los pacientes que se acercan al hospital para ser atendidos, pero, ¿quién cuida la de ella? 


“Para que tengas una idea bajé 13 kilos en los primeros 4 meses. Y eso que en mi hospital nos dejan comer normalmente, sé que en otros no”, sostiene en su crudo relato.  En cuanto a su sueldo, gana, aproximadamente, 85.000 pesos por mes. En mayo la canasta básica familiar fue de 99.677 pesos, por lo que ese salario está por debajo de la línea de la pobreza.


La residente afirma que no hay falta de materiales porque el hospital en el que trabaja es privado. Cosa que no ocurre con el personal, que es más que escaso. Tal es así que, a pesar de percibir una paga muy baja por la cantidad de horas que trabaja, hace tareas que no le corresponden porque falta personal de limpieza y camilleros. “Más de una vez por día estoy haciendo yo esas tareas”, subraya.


En cuanto a la comida que le brindan, cuenta que tienen un horario para retirarla y si no llegan se quedan sin comer. Para colmo, la “mayoría de las veces son sándwiches”, por lo que, debido a eso muchas veces prefiere llegar a su casa para almorzar o cenar.


Explotación y desesperación en la residencia


Según la ley 22.127, que crea el Sistema Nacional de Residencia de Salud, el objetivo de la misma es complementar la formación integral del profesional médico "mediante la adjudicación y ejecución personal supervisada de actos de progresiva complejidad y responsabilidad”:


Sin embargo, esta gran responsabilidad es un eufemismo que usan para referirse a la explotación que sufren los médicos residentes. Así lo explica Joan Austin, estudiante de medicina de la UBA: “Ganaba más plata trabajando los fines de semana como moza en un catering, en el cual estaba 8 horas, que, en una guardia de un día entero, en donde te olvidás de comer, de dormir, hasta de ir al baño y donde tenés que estar con todas las luces prendidas para atender, en ocasiones, a un centenar de pacientes. Si pifiaste, te podés comer un juicio o, en el peor de los casos, terminar con un paciente muerto”, remarca.


Su caso es aún peor que el de María, quien, por lo menos, tiene la oportunidad de comer. Sin embargo, se siente obligada a ser sometida a esto porque “te puede definir el futuro”.


Octavio también estudia medicina y dice que “son muy explotadoras las residencias y hay mucha gente que se quiere ir a hacerlas afuera porque funciona mal el sistema y están mal pagas”.


Según este joven, los residentes no pueden pagarse el alquiler y necesitan ayuda de sus padres. No solo eso, sino que por la gran cantidad de horas que trabajan “no tienen tiempo para gastar plata, es inviable”. 


Fuentes documentales


Tomando en cuenta estos testimonios y la realidad en los centros de salud y hospitales, los residentes son la primera línea de la atención médica, quienes más tiempo de trabajo le destinan a los hospitales y quienes mayor cantidad de guardias realizan. 


De acuerdo con un relevamiento realizado por la Asamblea de Residentes de la Nación a 488 residentes de instituciones que dependen del Gobierno Nacional, el promedio de los encuestados trabaja 55,8 semanales, pero algunos superan incluso las 100 horas. 


Además, el 20% de quienes hacen guardias aseguran que no se le respetan las horas de descanso posteriores, lo que resulta en turnos sumatorios e interminables, y algunos no tienen acceso a licencias por estrés.