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Marcha de la alegría en Praga

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Por Rodrigo Diz. Sábado, pleno verano en Praga. Se escuchan gritos y se ven personas en todos los rincones. El cielo está cubierto por un gris intenso, que deja en claro que las lluvias fueron fuertes. La humedad se siente y aún el piso está mojado. Pero mas allá de lo sombrío del clima, el ambiente de la capital de República Checa es pura algarabía y festejo. Es el epicentro de la Marcha por el Orgullo Gay en Europa del Este y más de 10 mil personas se juntan para celebrarlo.


La odisea comenzó a las 9 de la mañana en la Plaza Wenceslao que estaba abarrotada con carros alegóricos, música, alcohol y personas con poca ropa. Se respiraba libertad y mucha diversión. A medida que el desfile avanzaba, más y más gente, incrédula y sorprendida, perdía la vergüenza y se animaba a sacar el lado más fervoroso que tenía. Bailes exóticos, cerveza volando por los aires, besos por todos lados, un libertinaje total pero controlado y siempre con mucha alegría.

La fiesta tuvo su punto más alto en el lugar en el que terminó: la Planicie de Letnia. Una especia de colina al final de la Ciudad que tiene un inmenso pulmón verde en el que se levantó una feria con cinco escenarios, food trucks, cerveza (por supuestos) por todos lados, y más de ¡mil! baños químicos. Descontrol controlado.

La lluvia se hizo presente y se podía intuir que mermaría la euforia, pero no fue así. El agua se transformó en una especie de recarga de energía y generó aún más descontrol, sumado a la cantidad de bandas que tocaban en vivo, los saltos, choques y gritos desaforados fueron in crescendo.

Un punto muy importante, fue cuando se produjo un recital con playback de figuras trans europeas que envalentonaron a la gente al ritmo de himnos como: “Dancing Queen”, “I Wanna Break Free” o “I Will Survive” y sumado al barro generado por las lluvias, tuvo como resultado una especia de pogo masivo en el que todo el mundo terminó sucio, pero híper feliz.

El sol caía y la noche empezaba a tomar protagonismo, pero los festejos no iban a parar. Las discotecas tomaron el protagonismo y continuaron con los festejos, cada uno a su modo porque más allá de que el título de la celebración sea por el orgullo gay, quedó demostrado que es un día de festejos para todos y todas.