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Vaca Muerta, entre la euforia y los deberes que exige el FMI

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Por Alejandro Bianchi. La formación petrolera dio este año un salto importante en su producción.  Pero su futuro y promesa de riqueza dependen de la estabilidad política y fiscal del gobierno de Cambiemos y de los que le sigan. 


Argentina explora petróleo y gas en su territorio hace ya 110 años. No es un país petrolero pero si la macroeconomía se encamina y siguen en alza las inversiones extranjeras, de la mano de Vaca Muerta, puede llegar a sentarse en la mesa de los grandes exportadores de gas y petróleo. Sin embargo, este sueño se enfrenta a un problema recurrente: la falta de infraestructura para extraer esa riqueza. 

El primer pozo en Vaca Muerta –una formación geológica de 30 mil kilómetros cuadrados de extensión a más de 1.500 metros de profundidad que atraviesa las provincias de Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza- lo hizo la YPF controlada por Repsol en abril de 2010.  

Luego de una lenta y costosa curva de aprendizaje de 960 pozos perforados por 31 empresas, la formación petrolera hoy es una realidad a la hora de generar beneficios para el país. Su producción, desde ese 2010, se multiplicó por tres y ayuda a que el país gaste menos dólares para importar gas y petróleo.  

Gracias a los mejores precios que obtienen los productores, apalancados por las subas del barril de petróleo, la de tarifas de gas para hogares, comercios e industrias, menores costos laborales acordados con los sindicatos del sector, rebajas impositivas para importar equipos de perforación de pozos y un subsidio gubernamental a la mayor producción de gas mediante la resolución 46/2017 del ministerio de Energía, Vaca Muerta es uno de los motores de la economía, con su epicentro en la provincia de Neuquén.

La producción de gas en julio creció 7,1% en términos interanuales, y acumuló en los primeros siete meses del año un crecimiento del 4,9% en relación a los primeros siete meses de 2017, según datos oficiales.

La producción de shale gas o no convencional –la que es específicamente de Vaca Muerta a partir de la roca esquisto- se incrementó 192,7% entre julio de 2017 y julio de 2018, y acumula en los primeros siete meses del año un crecimiento del 149,9%  contra el mismo periodo del año anterior. Del total de gas producido en el país, los pozos en Vaca Muerta ya generan el 13 por ciento, según datos de la secretaría de Energía de la Nación.  

La producción de petróleo alcanzó en julio creció 2,1% en términos interanuales, y acumuló en los primeros siete meses del año un alza del 1,9% en relación a los primeros siete meses de 2017.

En este mismo segmento, Vaca Muerta también fue clave:  la producción de shale oil mostró en julio de 2018 un incremento del 38,5%  versus julio de 2017, y acumula en los primeros siete meses del año un crecimiento del 34,1%. 

Omar Gutiérrez, el gobernador de Neuquén, está parado sobre tamaña riqueza y el viernes pasado, en la firma de la concesión del yacimiento La Calera a una asociación entre las empresas YPF y Tecpetrol, dio más detalles del presente. 

“Con esta concesión, estamos llegando a las 30 no convencionales por un total de casi el 25% de la superficie de Vaca Muerta. El monto de las concesiones totales es de casi 154.000 millones de dólares para la perforación y puesta en producción de 11.048 pozos. De este total, ya se ha invertido aproximadamente el 10%”, afirmó el mandatario. 

“De los 30.000 kilómetros cuadrados que tiene la formación, sólo el 2% está en desarrollo masivo, unos 400 kilómetros”, agregó el gobernador, marcando el punto que hoy algunos señalan como tan sólo el comienzo de un futuro más que promisorio y, otros en cambio, como la que puede ser otra de las tantas oportunidades desperdiciadas por Argentina.

“Hace ocho años que estamos con Vaca Muerta. No es la solución mágica de la economía sino ya estaríamos salvados. Comparan Vaca Muerta con el fenómeno del shale en EEUU pero la gran diferencia está en la superficie. Allá es EEUU y acá estamos nosotros, donde los gobiernos cambian reglas de juego permanentemente”, le dijo a este medio el geólogo Daniel Kokogián, subdirector de la petrolera CGC y ex director de YPF. 

Luciano Fucello, ingeniero químico y gerente regional de la empresa de servicios petroleros estadounidense NCS Multistage, hizo hincapié en otro aspecto crítico como la falta de infraestructura que puede frenar el auge petrolero. “Estamos en un cuello de botella. ¿Cómo sacamos todo ese mayor volumen de gas que se está produciendo? ¿Hay demanda?”, le agregó a este medio. 

Proyectos para mejorar la infraestructura hay varios: transformar en una autovía con más carriles a la ruta 7 que une a la ciudad de Neuquén con los yacimientos más importantes; construir un gasoducto entre Neuquén y el polo industrial de Rosario; y un tren para llevar y traer insumos, gas y petróleo entre Neuquén y el puerto de Bahía Blanca. Para sumar más demanda a Vaca Muerta se vuelve a exportar gas a Chile este verano, se
están ampliando tres gasoductos para llevar gas de red a más hogares, comercios y Pymes de Santa Fe, Neuquén, Río Negro y la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires.

Entre los destiladores de optimismo y los otros, asoma el presente macroeconómico argentino: una inflación proyectada inicialmente de 15% que terminará siendo cercana al 40% destrozando todo cálculo de costo de cualquier inversor, y un gobierno sin recursos para pagar sus gastos y presionado por el FMI a bajar más su déficit fiscal que puede demorar el pago o hasta cancelar los subsidios que hoy se pagan a las empresas por su mayor producción de gas. 

El presidente Mauricio Macri, es una abanderado de la causa. Viajó tres veces este año a Neuquén y cuando quiere dar buenas noticias, recurre a Vaca Muerta.  En el acto de inauguración de un parque eólico en Córdoba este viernes, bautizó todo este fenómeno de Vaca Muerta como una “revolución energética”, haciendo hincapié en los puestos de trabajo ya creados y en los por crearse. El secretario de Energía, Javier Iguacel, asegura en sus presentaciones públicas, sin sonrojarse, que el país duplicará su producción de gas y petróleo en cinco años, algo que muchos dudan en el sector petrolero. 

Lo cierto es que Argentina fue bendecida con otro recurso natural que el planeta necesita. El potencial petrolero es real: tiene en Vaca Muerta el segundo recurso mundial en gas shale, el cuarto de petróleo shale. Esto en números pueden ser entre 200 y 400 años de gas asegurados, según análisis del año 2013 de la Agencia Internacional de Energía y el Departamento de Energía de EEUU. Por lo tanto, habrá mucho gas y petróleo para exportar si se logra extraer ese tesoro energético que figura en los papeles y si se hacen bien los deberes en lo político y económico. 

“Si yo fuera Macri, también batiría el parche con Vaca Muerta. Va a producir pero bajo qué condiciones, en qué plazo”, cuestionó a este medio el geólogo Kokogián. 

El recurso, está debajo de la tierra. El desafío, parece estar arriba.
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