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Bullyng: acoso escolar con graves consecuencias que requiere medidas

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Por Alán Jurín. Los casos de acoso escolar en Argentina se incrementan año tras año y la legislación vigente no se cumple. El diálogo con los padres, la interacción en los establecimientos educativos y tomar consciencia de la situación es fundamental. Palabras de especialistas y más detalles, a continuación.


La violencia en edades tempranas no es una novedad en estos tiempos que vivimos, pero  las consecuencias que deja hoy en día cada vez son mayores, tanto en las víctimas como en las familias involucradas. Reiteradamente los medios de comunicación se hacen eco de situaciones de violencia y acoso que lamentablemente ya no sorprenden, pero están lejos de erradicarse.

La Licenciada María Zerboni, integrante del equipo Anti Bullying Argentina (ABA), que nace en el año 2010 frente a la necesidad de dar respuesta al fenómeno, explica qué significa ser víctima de bullying. “implica que un par, alguien de la misma edad o edad similar, lo acose u hostigue. Este acoso debe mantenerse en el tiempo, debe ser reiterado y con cierta intencionalidad. Debe existir un desbalance de poder entre el agresor y la víctima. Para salir del mismo necesita de la ayuda de adultos y demás pares, ya que el bullying es una trampa de la cual no se puede salir solo”.

En referencia a la visión acerca de la problemática en nuestro país, expresa que “siguen habiendo casos de bullying en todo el país, ¡pero no hay estadísticas! Sin embargo, hay una mayor consciencia del fenómeno. Se tendría que comenzar a hacer un mayor énfasis en la promoción de la salud y en la prevención capacitando a los docentes y a los adultos responsables”.

La violencia que se vive en la sociedad actual y sobretodo en los mayores también repercute en los niños. “Los chicos ocupan el rol de agresor por razones de estatus social, porque quieren tener un mayor poder. A veces son chicos que tienen dificultades en las habilidades sociales, se vinculan de manera agresiva u hostil y desarrollan estas conductas de acoso hacia otro que se encuentra en desnivel”, explica Zerboni.

Una ley incumplida

En el país se encuentra en vigencia la ley Nº 26.892 (Ley para la Promoción de la Convivencia y el Abordaje de la Conflictividad Social en las Instituciones Educativas), autodenominada como “ley contra el acoso escolar o bullying”, aprobada el 11 de septiembre del año 2013 aunque aún no reglamentada por el Presidente Mauricio Macri y su exMinistro de educación, Esteban Bullrich.

"El gobierno aprobó la Ley Nacional 26.892 que intenta luchar contra el bullying y el ciberbullying. Impone, entre otras cosas, un número gratuito (0800) para denunciar en forma anónima casos de bullying y ciberbullying. Hay un conflicto básico que es que ni siquiera se determina qué es el "bullying" y el "ciberbullying", aunque al ser una ley nacional es un avance muy importante para la causa.  Ante la falta de la reglamentación legal por parte del Presidente y del exMinistro de Educación, se convierte en una especie de espejismo, ya que cuando en la República Argentina una ley que no está reglamentada simplemente no existe", explica Javier Miglino (Director de Bullying sin Fronteras).

“Considero que el acoso en las etapas de la niñez nuestro país está en ascenso, existen pocas campañas de prevención en los medios masivos y en las diferentes instituciones educativas”, se expresa Victoria Vieytes, psicóloga especialista en casos de bullying. En referencia a las características que refleja una persona a la que se le realiza bullying, Vieytes explica que “suelen ser personas que se silencian y no expresan lo sucedido. La dificultad de detectar la situación a tiempo radica en que la víctima no solicita ayuda en primera instancia y son sujetos sobreprotegidos por su familia. Se debe tener especial cuidado a los síntomas de aislamiento, cambios en el humor, pesadillas y cambios alimenticios. Ambas especialistas coinciden en la expresión de “síntoma de domingo a la tarde”, donde los chicos no desean que reinicie la semana escolar.

Ambas especialistas concuerdan también en el rol que deben tomar las familias y escuelas al notar el sufrimiento de la víctima. “Deben actuar juntos, responsabilizándose de la situación. La información debe circular. Si hay un caso de bullying deben actuar dentro de las 48 horas, cuidando a la víctima en primer lugar. No solo se trabaja con los padres de la víctima sino también con los del agresor. Hay que trabajar con el grupo de pares, es muy importante ya que el bullying surge de una dinámica de grupo disfuncional. Hay que trabajar con los espectadores también”, convergen.

El fenómeno desde las aulas

La voz de los docentes, protagonistas esenciales de lo mencionado, también reflejan sus sensaciones. Gladys González, docente de escuelas privadas y municipales en la ciudad de Buenos Aires -actualmente en la institución N° 17 de Villa Crespo- da su perspectiva: “En la escuela donde trabajo se viven casos de discriminación, sobre todo con gente que viene de países limítrofes”, afirma. “Soy consciente y vivo situaciones que muchas veces me desbordan en cuanto a la violencia escolar, creo que los maestros necesitamos capacitaciones especiales para saber afrontar el problema”, reflexiona. “Muchas veces intentamos hablar tanto con los alumnos y padres cuando vemos conflictos que se generan pero la situación nos sobrepasa”, se sincera.

Según estadísticas de la ONG Bullying Sin Fronteras, el acoso en la escuela sigue creciendo en el país. El 2015 finalizó con 1.631 casos graves de bullying, pero el primer semestre cerró con 1.142, por lo que habrían aumentado un 40% los casos graves, que terminaron con denuncias en la justicia y los ministerios de educación. La mayoría ocurrieron en Capital Federal, el Conurbano Bonaerense, Córdoba, Mendoza, San Luis, San Juan, Formosa, Corrientes y Misiones. Los últimos números indican que en 2016 se incrementó en un 40 por ciento en relación al año anterior.

En tanto, el 64% de las escuelas sufrieron casos de ciberbullying, mientras que el 17% desconoce si hubo casos, en un total de 600 escuelas relevadas, según un estudio de la ONG Argentina Cibersegura.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que se suicidan en el mundo 600 mil adolescentes, la mitad por causas relacionadas con el bullying.

Ante las estadísticas alarmantes mencionadas anteriormente, el Gobierno lanzó mediante la Subsecretaría Nacional de Juventud, una plataforma digital de consulta para que los jóvenes puedan informarse y dialogar con profesionales con el objetivo de evacuar todas sus dudas acerca de esas temáticas. La iniciativa, que se llama Hablemos de Todo y depende del Ministerio de Desarrollo Social, está disponible desde la semana pasada en el sitio hablemosdetodo.gob.ar.